Jun 29

Los guerrilleros también son hijos de alguien

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¿Vamos a repetir la misma historia?

Me tomé mi tiempo para comentar sobre ese día tan esperado en Colombia en que los terroristas de las FARC entregaron las armas, porque como nos enseña la historia, es mejor informarse bien antes de lanzar juicios y opiniones. Mi objetivo no es entrar en controversias, sólo quiero usar este espacio para compartir con ustedes mis sentimientos como colombiana y como mamá de una colombo-peruanita a quien afecta indiscutiblemente y directamente esta coyuntura.

Creo que es un momento feliz y único en nuestra historia, no creo que haya sido un proceso perfecto pero sí creo que el país se merece una oportunidad. Esto no ha sido gracias al trabajo de Santos o de Uribe, este proceso es gracias a todos esos colombianos y extranjeros que trabajan en silencio y tras bambalinas. Yo quiero invitarnos, y me incluyo en esto, a que trabajemos por la paz desde nuestras casas, desde el amor, la paz no la hacen solamente los que no están en guerra, ¡la hacemos todos!

Yo aplaudo, por el futuro de mi hija, la entrega de armas. No estoy de acuerdo con todos los puntos del acuerdo pero un acuerdo es justamente eso, un compromiso entre dos partes donde hay que ceder para lograr el objetivo común. El poder sigue en nuestras manos y recordemos esto en el momento de ir a votar, si no quiere que los terroristas lleguen al poder, ¡NO votemos por ellos! Y sí, sé que estoy escribiendo desde la comodidad de mi casa y no desde el monte donde las cosas más terribles pasan, pero sí me inspiro en esas víctimas que aún viven allá  o a quienes cuya familia ha sido asesinada y que fueron tan valientes de perdonar, pasar la página y vivir en paz. Ellos son los verdaderos líderes y a quienes tenemos que seguir.

La guerra no está solo en el campo, la vivimos día a día en nuestras casas: Está en la indiferencia, en la corrupción, en la mentira que vivimos en nuestros hogares cuando nos hacemos negar al teléfono pidiéndole a nuestros hijos que mientan por nosotros, cuando en lugar de parar aun cuando el semáforo esté en verde porque no hay espacio suficiente para mi carro pero sigo porque no me importa armar el trancón, cuando no reciclamos, cuando no le decimos NO a nuestros hijos, cuando les compramos todo porque sí, sin límites.

La invitación es dejar de mirar que hace el otro y hacer lo mejor posible Yo y hoy. Los guerrilleros también son hijos de alguien, ahora es el turno de nuestros hijos quienes son los que van a manejar este país en el futuro y depende de nosotros, los padres de familia, si nuestros hijos lo van a dirigir desde un gobierno democrático o desde la ilegalidad.

¡Feliz día de entrega de armas para todos!

 

Marce, #LaMamáViajera

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